martes, 7 de febrero de 2017

ULTRASONIDO EN EL EMBARAZO


Ultrasonido en el Embarazo

Antes de la llegada del ultrasonido en Venezuela, el control prenatal se realizaba con una cinta métrica para calcular la altura uterina, un estetoscopio de Pinard (un pequeño instrumento en forma de trompeta) para escuchar los latidos cardíacos fetales, y un tensiómetro. Prevalecía en ese entonces el estado de salud materno en forma tradicional y se le restaba importancia a muchas patologías asociadas al embarazo que a la final tenía sus impactos en el producto de la concepción, y en la propia madre. En la década de los 80 y 90 se inicia la exploración ultrasónica del feto con una tecnología incipiente que permitía valorar ciertos parámetros fetales; tales como el número de fetos, localización placentaria, líquido amniótico y edad gestacional por parámetros biométricos. La moda de la época era saber el sexo del producto de la concepción y los Obstetras de entonces, lograban fama con solo esa información.

Desde esa epoca los adelantos tecnológico se mueven a una velocidad abismal. La llegada de la ecografía doppler para valorar el perfil hemodinámico materno fetal marcan un antes y un después en la obstetricia. Los profesionales se entrenan, se preparan, invaden los conocimientos en salud materno fetal como un binomio inseparable para el cual debemos implementar acciones de vigilancia y corregir patologías medicas asociadas a la gestación para disminuir la mortalidad y morbilidad materna y neonatal. En ese sentido se han logrado grandes avances hasta la fecha.


El presente artículo pretende orientar a las pacientes gestantes sobre la importancia de un adecuado control prenatal para garantizar el éxito de lograr un recién nacido sano y en las mejores condiciones posibles, y en caso de patologías maternas o fetales, poder llevar el embarazo hasta el mayor tiempo que sea posible sin detrimentos del feto o de la madre. 

La primera conclusión, es que el control prenatal supone el monitoreo de la madre y el feto. Es optimo iniciar ese control por debajo de las 8 semanas de gestación, si es antes mejor, y por supuesto, se realiza el primer estudio ecográfico que nos da las primeras imágenes del producto de la concepción, su vitalidad, los movimientos, así como el liquido y la placenta. Además de saber que se trata de un embarazo intrauterino bien implantado. Por supuesto existe un protocolo de los exámenes de laboratorio que se deben solicitar. La terapia con hierro y ácido fólico. Inmunizaciones. Todo ello sustentado por una buena historia clínica.

La segunda conclusión es que todo control prenatal debe incluir un estudio ecográfico. Se debe evaluar la madre y el feto. El viejo concepto que deben realizarse solo tres estudios ecográficos durante el control ya es historia. El ultrasonido ha demostrado ser un estudio completamente inocuo para el feto y la madre.

Dicho lo anterior, y solo para hablar del ultrasonido durante el embarazo, el protocolo es el siguiente:

a) Primera ecografía obstétrica básica para el diagnóstico del embarazo. Ubicación del saco gestación, número de embriones y vitalidad. Este estudio es óptimo realizarlo a las 7 semanas de gestación.

b) Ecografia Genetica tipo I: Entre las 11 y 14 semanas de gestación. Este estudio fundamental lo realizamos para la estimación de riesgo de que el feto presente alteraciones cromosómicas. La más frecuente de ellas: La condición Down (trisomía 21). Por supuesto que este procedimiento debe ser practicado por Obstetras debidamente entrenados, y con equipos der alta resolución que incluyan efecto doppler. Aquí valoramos marcadores ecográficos y aquellas estructuras que normalmente se alteran en los fetos afectados. Es decir la no presencia de estos marcadores genéticos nos permiten concluir que existe muy poco riesgo de alteraciones cromosómicas. Tiene una sensibilidad hasta de un 90% de valor predictivo positivo. La importancia radica, que con resultados de bajo riesgo se hace innecesario otros procedimientos invasivos como la Amniocentesis para investigar cariotipo en aquellos grupos de riesgo. Podemos aumentar la sensibilidad con el screnning bioquímico.

c) Ecosonograma morfogenetico tipo II: Entre las 19 – 23 semanas. Es un estudio complementario al primero. Se investiga otros marcadores genéticos y se amplía la información morfológica del feto, su anatomía y estructura. Podemos detallar sistema nervioso central, columna, riñones, intestino, extremidades, etc. En ambos estudios (genético I y II) podemos estimar igualmente el riesgo de hipertensión durante el embarazo, y/o restricción de crecimiento intrauterino por medio de la medición de las ondas de velocidad de flujo de ambas arterias uterinas lo cual es de suma importancia, porque la alteración de esta medida nos puede hacer tomar conductas terapéuticas preventivas hacia la pre-eclampsia y disminuir así la mortalidad materna y neonatal.

d) Ecosograma doppler materno fetal: Estudio protocolar entre las 26 y 28 semanas, y cuando por alguna razón o alteración materno fetal deba practicarse. Se utiliza para medir las resistencias en las onda de velocidad de flujo de los distintos vasos que llevan sangre, oxígeno y nutrientes al feto. La restricción del crecimiento uterino y la hipoxia (disminución de los niveles de oxigeno) consiguiente deben ser monitoreadas por este estudio. Además, en aquellos casos de Hipertensión durante la gestación es sumamente útil para valorar los impactos adversos en la salud materna y fetal. Toda patología medica materna asociada puede alterar las ondas de velocidad de flujo. Se investigan: La Arteria Umbilical, arteria Cerebral media, uterinas, istmo Aórtico y ductus venoso.

e) Ecocardiograma fetal: La principal malformación fetal o la de mayor frecuencia son las cardiopatías congénitas. Se debe practicar de rutina a toda embarazada preferiblemente entre las 25 y 28 semanas de gestación. Nos permite valoración de las estructuras cardiacas y la adecuada función del corazón fetal.

f) Ecografia 3D-4D: Aun cuando no es un estudio protocolar con indicaciones precisas, es una herramienta de utilidad para valorar la integridad del rostro fetal o de otras estructuras. Muchos equipos han mejorado los software para que las imágenes sean en alta definición. Los padres, ya pueden apreciar desde muy temprano las características faciales de su bebe, y el medico igualmente puede valorar estructuras muy importantes como placenta, membranas ovulares, hígado fetal, abdomen y corazón, entre otras.

Por último, es menester que existan Ecografistas y Obstetras entrenados para la práctica de dichos estudios. La elaboración de un buen informe por escrito y legible con la debida documentación de imágenes impresas proyecta la calidad del operador ultrasónico. Antes de realizarse cualquiera de estos estudios el paciente debe estar previamente informado sobre la experticia del operador y en que consiste el estudio indicado.


Hasta un próxima entrega.

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